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Viajó 15 mil km para casarse con un hombre de Tanzania, 30 años menor que ella

Querer cambiar de aires no es nada fuera de lo común, al contrario, es una especie de llamado al no querer conformarse y buscar otras alternativas para transformar completamente tu vida.

Como el caso de una mujer de 60 años, quien decidió dejar todo en Sacramento, California para viajar por más de 15 mil kilómetros para encontrarse con el amor de su vida.

Deborah Babu, una oficial de policía retirada no tenía planes de volver a enamorar y menos en un viaje al otro lado del mundo en 2017.

En unas vacaciones en compañía de su hija, Babu conoció a Saitoty de 30 años, quien estaba vendiendo souvenirs, en su momento solo hicieron contacto visual pero el amor surgió de la forma más inesperada.

En el 2018, la pareja se casó en una ceremonia tradicional masai.

Saitoty es miembro de la tribu masai, conformada por 880,000 personas repartidas entre Kenia meridional y Tanzania septentrional, hablan maa, una lengua nilótica oriental, aunque la mayoría habla suajili e inglés.

Hace unos meses, en julio tuvieron una boda legalizada por el gobierno estadounidense, aunque esperan poder tener una celebración más grande. Su decisión obviamente ha causado todo tipo de comentarios, y le han llovido cantidad de críticas o bromas de mal gusto.

«Lo han acusado de estar conmigo solamente por una tarjeta verde (visa) lo cual duele porque sé que él no tiene deseos de vivir en Estados Unidos».

Cuando se conocieron tuvieron la oportunidad de hablar por horas y desde ahí se dieron cuenta de lo mucho que tenían en común y que compartían el mismo sentido del humor.

Al día siguiente caminaron por la playa y se dio cuenta que aunque tuvieran una diferencia de edad, el amor era más fuerte.

«Era una mujer feliz y soltera y no me parecía bien tener una relación con alguien 30 años menor«, cuando llegó el momento de volver a su realidad, ellos siguieron en contacto.

Sus hijos de 32 y 27 años respectivamente, lo conocieron por una videollamada y no vieron impedimentos para que su madre rehiciera su vida.

Deborah volvió a Tanzania para casarse con él y desde entonces vive en el país africano, ella ha tenido que adaptarse a situaciones muy diferentes a las de Estados Unidos pero ambos son muy felices con su situación.