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Selena Gomez despierta llorando todas las noches por el dolor que el lupus le causa

La industria del entretenimiento es complicada, no hay otra palabra que mejor la describa, porque si bien ofrece una importante cantidad de oportunidades a cientos de personas con un sueño en común, también implica renunciar a muchas cosas, pasar por obstáculos y hacer sacrificios para llegar a la meta.

De hecho, lo más probable es que la mayoría de los fanáticos piensan que la mayoría de sus actores o cantantes favoritos viven con lujos y glamour, sin embargo, algunos han probado que es todo lo contrario, Selena Gómez ha sido una de ellas, desde hace un par de años, la artista texana se ha encargado de hablar cándidamente sobre la salud mental, el lupus y las diferentes complicaciones que ha vivido desde que comenzó a trabajar.

A través de las redes sociales es que la cantante decidió mostrar su lado más real y en esta ocasión lo hizo por medio de su documental Me and my mind, disponible en AppleTV.

En el 2015, Selena Gómez se sinceró con su público y los medios y comunicó que padecía lupus, una enfermedad autoinmune que afecta a diferentes órganos del cuerpo, a pesar de no tener cura tiene tratamiento para aminorar los síntomas y aligerar el dolor que el paciente podría sentir.

En algunos casos, es posible tener al lupus controlado y en remisión, sin embargo, la cantante tuvo una recaída y reveló los intensos dolores que sufre y el tipo de inyecciones que recibe para poder controlar al lupus.

“Solo duele. Por ejemplo, por la mañana, cuando me despierto, inmediatamente empiezo a llorar porque me duele todo”.

La artista debe ir varias veces a centros de salud, para tener una dosis de Rituxan, un medicamento bastante fuerte que ha tenido buenos resultados en pacientes con enfermedades autoinmunes, en especial con el lupus.

Durante algunos minutos, podemos ver a Selena recibir la inyección y contar que tiene que esperar por 4 o 5 horas y después tener que sufrir con algunos efectos secundarios, el proceso no es nada fácil pero ella está dispuesta a pasarlo con tal de sentirse mejor.

“Siempre me siento mejor cuando tengo respuestas, pero el Rituxan fue muy difícil de inyectar la última vez. Son unas cuatro horas, cinco horas.

Al principio es muy difícil para tu sistema, pero está bien”.

Cabe mencionar, que hace un par de años, en el 2017, ella tuvo que recibir un trasplante de riñón por parte de una amiga cercana, Francia Raisa, luego de que su órgano dejara de funcionar por el daño de la enfermedad.

El impacto del documental causó mucha conmoción y comentarios al respecto, sus fanáticos siempre la defienden y más ahora, todos son el ejemplo de lo que significa el apoyo incondicional.