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Padre e hijo incrementan la población de abejas al instalar colmenas en todo el mundo

Su labor ha contribuido a la supervivencia de miles de abejas melíferas.

Nuestro planeta está en un perfecto equilibrio y todas las especies son igual de importantes, excepto quizás, las abejas. Los científicos están seguros de que si las abejas se extinguen, toda la vida en la Tierra también lo hará pues necesitamos de estos importantes animalitos para la polinización. Y aunque hay otras especies de insectos, aves y hasta murciélagos, que se encargan de llevar polen de una flor a otra, las reinas indiscutibles de este trabajo sin duda son las abejas.

Es por eso que Stuart y Cedar quisieron hacer algo al respecto y crearon una curiosa casa para abejas. Su invento revolucionó la industria de la apicultura así como la efímera vida de las abejas.

La Apis mellifera es una especie de abeja que se encuentra distribuida por todo el mundo y que además produce miel. Estos insectos de rayas amarillas y negras son imparables y realizan un trabajo intenso. Una sola abeja puede viajar cientos de kilómetros en un solo día y visitar hasta mil flores para recolectar polen. Y aunque únicamente puede producir 1/12 cucharada de miel durante toda su vida, en la colmena viven entre 30,000 y 60,000 abejas que trabajan arduamente para regalarnos kilos de miel.

Sin embargo, el proceso de recolección de este delicioso ámbar suele ser complicado y peligroso tanto para los humanos como para las abejas. Cedar y Stuart Anderson, un dúo de padre e hijo pensaron que la apicultura no había cambiado en 150 años por lo que comenzaron a buscar una manera de hacer más fácil para ambas especies el proceso de recolección de la miel.

Así es como nació Flow Hive, una colmena que genera un impacto positivo en nuestro planeta.

Los Anderson pensaron en una manera de facilitar la recolección de miel del panal que también evita generar un estrés excesivo en los insectos. Pero su visión va mucho más allá pues no solo se dedican a vender colmenas a personas que quieren comenzar en el negocio de la miel sino que buscan generar consciencia sobre la importancia de las abejas.

Las colmenas Flow permiten obtener miel con la facilidad de abrir un grifo y sin que la abeja sea perturbada en el proceso. Por fuera parece una casita de madera decorativa, pero por dentro ocurre la magia de la colmena. El invento consiste en panales conectados a tubos que dejan fluir la miel directamente de la colmena a un frasco.

Las celdas hexagonales del panal no están completamente cerradas, por lo que las abejas cubren cada celda con cera y completan el hexágono. Luego comienzan a depositar la miel y cuando el panal está lleno, la miel está lista para recolectarse. Se introduce una llave especial que hace que las celdas se muevan, permitiendo que la miel comience a fluir y caiga. Mientras ocurre el proceso, los insectos permanecen a salvo y libres de estrés. Una vez que terminada la colecta, la llave se gira de nuevo para que las celdas regresen a su forma original y el proceso pueda comenzar de nuevo.

Este mecanismo revolucionario ya ha llegado a más de 150 países alrededor del mundo y con más de 100 mil colmenas distribuidas. Además, la empresa ofrece cursos para apicultores principiantes en los que no solo enseñan a usar la colmena sino también sobre otros ámbitos que afectan a los polinizadores, como el uso de insecticidas.

Flow también se preocupa por el resto de polinizadores.

Las abejas melíferas no son las únicas que realizan la polinización, otros insectos como las mariposas y abejorros también contribuyen enormemente. Sin embargo, diversos factores los pesticidas, la deforestación y la expansión urbana han hecho que sus poblaciones disminuyan.

Por eso, Cedar y Stuart también crearon otras casas para que los insectos solitarios tengan un refugio donde tener y cuidar a sus crías. Están hechas con materiales reciclados pues uno de los objetivos de la empresa también es el de reducir su huella de carbono.

Además, parte de las ganancias de su producto estrella Flow Pollinator House han sido donadas a asociaciones internacionales que trabajan para proteger animales polinizadores. Por lo general se trata de proyectos de conservación de ecosistemas alrededor del mundo.

Las abejas melíferas y otros polinizadores tienen una importancia enorme en nuestro planeta y es deber de todos protegerlas y proporcionar espacios para que sus poblaciones puedan seguir creciendo.