Esto ocurrió en Buenos Aires, Argentina, donde a la víctima le robaron más de 1.800 dólares por medio de extorsión.
Lo más sorprendente fue cuando se enteró que la culpable era una de sus mejores amigas.
Las personas malas buscarán aprovecharse de hasta la mínima falla de otro para beneficiarse. Lejos de querer ayudar, tienen la intención de verse recompensados por los errores de otros, así esto implique el chantaje y la amenaza.
Un ejemplo de ello, que dejó boquiabiertos a muchos argentinos, ocurrió en la localidad de Quilmes, en la provincia de Buenos Aires, donde una mujer fue atrapada por extorsionar a una de sus amigas con amenazas de revelar sus infidelidades.
Según reseñó el medio local TN, la mujer desde el anonimato chantajeó a su propia amiga durante casi 7 meses, tiempo el que logró robarle 200.000 pesos argentinos (más de 1.800 dólares). Sin embargo, finalmente su plan criminal fue descubierto y la policía procedió a arrestarla.
De acuerdo a la información manejada por los medios de comunicación, Fernández le comenzó a pedir a su amiga 40.000 pesos para no revelar que le era infiel a su esposo con otro hombre. Todo esto con un número telefónico desconocido a través de la aplicación Whatsapp.
“Con el tiempo el tono de cada mensaje fue incrementándose. Llegaron a amenazarla con que junte más dinero sino iban a violar a sus hijas. Allí le cuenta a su madre, que sacó un crédito por 80.000 pesos para pagar la nueva extorsión“, dijo una fuente, según publicó TN.
La víctima quedó perpleja cuando se enteró de quién venían las amenazas, porque la consideraba una amiga muy cercana. Incluso llegó a chantajear a la propia hija. “En los mensajes hacían comentarios íntimos de la pareja, que sin darse cuenta le había dicho a las amigas y la extorsionadora utilizó a su favor para amenazarla”, explicó.
“Luego se estableció que los elementos fueron sustraídos por la imputada, ya que poseía las llaves de la vivienda porque, al ser de su confianza, la víctima se las había dado para que le cuidara la vivienda durante las vacaciones y pudiera utilizar la pileta con su familia”, detalló un vocero judicial.
Fue el 28 de febrero que la víctima decidió denunciar el caso ante la Unidad Funcional de Instrucción. Un fiscal ordenó un operativo para vigilar el lugar donde dejaría el dinero para así atrapar a la criminal. El lugar era el baño de mujeres de una estación de servicio en Quilmes.
“A las 6:20 apareció una de sus mejores amigas. Se dirigió hacia el kiosco de la estación, compró unos chocolates y pidió las llaves del baño. Había una veintena de oficiales de civil esperando en los alrededores que llegara. La dejaron salir y cuando estaba a la altura de los surtidores de gasolina, fue detenida”, dijo otra fuente.