El I.Q o coeficiente intelectual, fue una figura creada a finales del siglo XIX por el psicólogo francés Alfred Binet, su intención era determinar los límites de la inteligencia humana y catalogar al grueso de la población según parámetros inmutables. Si has leído “Un mundo feliz” de Aldous Huxley sabrás que era una idea popular en ese entonces.
De acuerdo con la escala de Binet, la mayoría de la población tiene una inteligencia comprendida entre los 85 y los 114 puntos. Si estás por debajo de ese número, puede que seas un poquito lento, si estás por encima eres una persona definitivamente lista, no obstante, si estás sobre los 130 eres un genio.
Si escogiste la tubería # 1
Es cierto, no eres el más inteligente del mundo, sin embargo, tienes potencial para desarrollar tu inteligencia más allá de los límites que te impone la sociedad. Generalmente encuentras soluciones creativas, pero te limitas y no las compartes con los demás para evitar la vergüenza, hazlo y verás florecer ideas cada vez más complejas.
Si escogiste la tubería # 2
No eres una persona particularmente inteligente para resolver este tipo de problemas, pero sabes gestionar la inteligencia ajena. Entiendes el entorno que te rodea como un tablero con posibilidades y estás dispuesto a sortear cualquier obstáculo valiéndote de las habilidades ajenas como si fueran propias.
Si escogiste la tubería # 3
Definitivamente tienes un pensamiento original, es muy probable que la gente no te tenga en mucha estima porque le cuesta trabajo seguir tus ideas, no obstante, si te esfuerzas por comunicar tus objetivos y estrategias con otras personas, verás cómo rápidamente tu inteligencia y efectividad incrementarán.
Si escogiste la tubería # 4
Estás a pasos de la genialidad, sólo debes recurrir a las personas adecuadas y las lecturas correctas. Desperdicias tu talento en trivialidades, pero es cuestión de concentrarse y ocupar tus neuronas en asuntos provechosos para que tu inteligencia despierte al 100%.