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El live action “La Sirenita” NO está hecha para los millennials aunque nos duela.

Este fin de semana sucedió el evento del año que todos los fanáticos de Disney esperan: la D23. En esta conferencia se dio a conocer todos los proyectos que la empresa tenía planeados para el futuro, principalmente por que celebran 100 años de magia. Las estrellas del evento definitivamente fueron las nuevas series y películas que Disney planea traer para su plataforma de streaming Disney+. Sin embargo, el nuevo Live Action de La Sirenita se volvió tendencia, robándose la atención de miles pero no por las razones correctas.

En 2016 anunciaron la nueva versión de acción real para el clásico animado de 1989, el cual está basado en el cuento danés de Hans Christian Andersen. Este nos cuenta la historia de una pequeña sirena que desea conocer el mundo de los humanos porque se enamora de uno. Por esto hace un trato injusto con una bruja del mar para poder tener piernas.

Esta nueva película está programada para ser estrenada en mayo de 2023. Sin embargo la cinta ha estado rodeada de polémica desde que se anunció que la actriz Halle Bailey, quien es afroamericana, sería la nueva protagonista. Muchos aseguran que la joven de 22 años no cumple con las características del personaje animado original, pues Ariel en la película animada era de tez blanca y con una melena pelirroja.

La elección de cast generó un fuerte debate en redes, pues ciertos usuarios opinan que esto rompe el canon que conocemos pues no se apega a la estética del clásico. Otros tantos defienden la elección, pues muchas niñas afroamericanas se sentirán identificadas y encontrarán más personajes con los cuales hacerlo. Además esto abrirá las puertas para que no solo las chicas blancas y rubias protagonicen grandes películas de cuentos de hadas.

Si bien es entendible que muchos adultos millennials crecieron con la película, y que para ellos Ariel tiene el pelo rojo y es blanca, se tiene que entender que Disney lleva algunos años apostando por la inclusión.

Pensándolo objetivamente este no es un caso de inclusión forzada, pues el cambio de aspecto del personajes solo afecta a la nostalgia en los corazones de los adultos, pues el color de su piel no hace que deje de ser una sirena o que deje de querer conocer el mundo exterior.

También hay que tener en cuenta que Disney es la compañía con películas infantiles más exitosas y taquilleras del mundo entero. Sus historias llegan a millones de niños alrededor del planeta, sus acciones solo hacen que los niños de las nuevas generaciones crezcan con mayor diversidad.

 

Otro punto que se tiene que considerar es que casi todas las princesas que protagonizaron las películas de niños en el pasado son blancas y en su mayoría rubias. En realidad no existe una gran variedad, por lo que en los últimos años la productora ha apostado por integrar personajes latinos y afroamericanos en los papeles principales.

Ahora los niños de todo el mundo tendrán mayor facilidad para verse representados en la gran pantalla, dándoles la esperanza de que pueden ser lo que quieran, sin importar su aspecto.

Tan solo hay que recordar el caso de la pequeña afroamericana que se hizo viral este fin de semana al ver el tráiler oficial de la cinta, con la cual se emocionó, ya que vio que Ariel era “igual a ella”.

Tal vez hay que dejar de pensar que los live action son para apelar a la nostalgia de los millennials, cuando en realidad están dirigidos para que las nuevas generaciones conozcan los clásicos de Disney, se vean representados y avancemos a una industria cinematográfica inclusiva.