Los habitantes de Vallenar (al norte de Chile) cayeron en luto tras la partida de «Osito», un canino callejero que falleció después de una vida llena de simpáticos ladridos.
Los perritos son los mejores amigos que puede tener una persona. Simpáticos, alegres, leales y siempre dispuestos a hacernos compañía cuando más los requerimos. Y estas características no son exclusivas solo de los perros domésticos o de los que ya tienen dueño, porque también los perros callejeros pueden volverse un animal tan querido, fiel y regalón, que su ausencia, de verdad se nota y duele. Porque si un perro de un hogar es llorado por su familia, un perro de la calle es llorado por todo un vecindario.
Así fue como se sintió el partir de «Osito», un hermoso can, que con su característico color y lo peludo que era, lograba a encantar tanto a a niños como adultos de Vallenar, en Chile. Movía su cola a todos, y según comentarios de quienes lo conocieron, siempre parecía dispuesto para recibir el cariño o aguantar los abrazos invasivos y torpes de los niños. Era realmente un perro que hacía del típico recorrido para comprar pan y abarrotes, uno más alegre y simpático.
Pero su edad le pasó en cuenta. El querido «Osito» tenía una gastroenteritis hemorrágica y sus pulmones muy deteriorados, lo que hizo que su vida tuviera su fin hace unos días para tristeza de todo el vecindario. Una muerte que se lloró, porque no era cualquier can, o de hecho, no era simplemente un perro, sino que pasó a convertirse en un símbolo del sector, debido a que todo habitante del pueblo lo conocía y acariciaba cada vez que podía.
«Para finalizar este difícil día, queremos despedirnos de Osito, contándoles que antes de ir a sepultarlo, pasamos un momento por la plaza para que las personas que lo querían se despidieran (…) un acto simbólico y para nosotros muy significativo. Él se lo merecía»
– declaró la agrupación Perrunos Copiapó en Facebook.
El «Osito» regalón de todos los vecinos y vecinas del barrio, de niños y adultos, fue despedido entre diversas muestras de cariño. En un funeral en el que acudieron docenas de personas y que contó con flores sobre su cuerpo como señal de cariño y despedida.
Fuente: http://www.upsocl.com/