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Si la música te da escalofríos, tienes un cerebro especial (Neurociencia)

¿Alguna vez se te ha puesto la piel de gallina al escuchar música? Si tu respuesta es que si, de seguro consideras la música como un factor esencial en tu vida, que te salva los malos ratos y te hace sentir escalofríos no importa la cantidad de veces que escuches tu canción favorita.

Para este grupo de personas, es una sensación única dejarse llevar por unas notas y sentir que invaden el cuerpo pero, es más única la sensación que produce ver como el cuerpo responde ante esos estímulos musicales, ya sea en forma de escalofríos, de piel de gallina o de lágrimas cayendo por nuestras mejillas.

Tu cuerpo no pasa desapercibido cuando la música que escuchas te interpela de una manera especial. Hay algunas señalas, que si prestas atención, podrás percibir. Las pupilas dilatadas, el aumento en el ritmo cardiaco y en la temperatura corporal, son solo algunas de las manifestaciones del cuerpo.

“La música es para el alma, lo que la gimnasia para el cuerpo”.

PLATÓN.

Todas esas sensaciones corporales y mentales que tenemos cuando escuchamos música, ahora pueden explicarse gracias a una investigación publicada por Social Cognitive and Afective Neuroscience. Según el estudio, las personas cuyos cuerpos responden a la música tienen un cerebro estructuralmente diferente al resto.

Durante el estudio se descubrió que las personas que experimentan esta sensación poseen un centro más potente para el procesamiento de las emociones, lo que significa que son capaces de percibirlas de forma más intensa. Podríamos decir entonces, que este grupo de personas tiene mas desarrollada su parte emocional.

Además, otro estudio demostró que se trata de personas, que están más dispuestas a tener nuevas experiencias y poseen niveles más altos de creatividad y curiosidad, comparado con aquellos a los que no se les pone la piel de gallina al escuchar música.

¿Por qué ocurre esto?

Los científicos descubrieron que la música influye en el sistema de recompensa del cerebro y provoca la liberación de neurotransmisores que participan en el sistema de gratificación de este órgano, tales como la dopamina. El mayor número de emisiones se da antes de que termine la canción: explican que nuestra cabeza constantemente acierta qué va a pasar después, algo que desde un punto de vista evolutivo es un buen hábito. Cuanto más tiempo esperemos el final, más fuertes serán las emisiones.

Al preguntar sobre cuál genero musical resulta más adecuada para lograr el efecto de escalofríos, los investigadores afirman que el género no influye en las reacciones que pueda llegar a presentar el cuerpo. Es decir que puede ser techno, música clásica o rock, lo que importa es que realmente te haga ‘vibrar’.

Los investigadores declararon que “los resultados obtenidos, arrojan información tanto científica como filosófica sobre los orígenes evolutivos de la estética humana, específicamente de la música; tal vez una de las razones por las que la música es un artefacto culturalmente indispensable es porque apela directamente a través de un canal auditivo a los centros de procesamiento emocional y social del cerebro humano”.

Fuente: https://culturafilosofica.com/