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Claves para reconocer cuando tienes una relación tóxica con tu madre

Llega un momento en la vida de una persona donde su cabeza hace un clic y simplemente lo ve. Cuesta aceptarlo, pero una vez que reconoces que la relación que posees con tu madre es tóxica, puedes comenzar a relacionarte desde una manera más saludable o, en caso de ser necesario, cortar todo tipo de relación.

Si te encuentras en la duda sobre cuán sana es la relación con tu madre, primero debes tener en cuenta que una madre tóxica se relaciona desde el abuso y la inseguridad generando vínculos destructivos con sus hijos. La dependencia y el control que se generan en esta relación de poder, producen un daño emocional que en muchos casos, resulta irreparable.

Para la mayoría de nosotros, nuestra madre es de las personas más importantes e influyentes de nuestra vida. El problema radica en que no todo el mundo cuenta con la suerte de tener una buena madre que genere sentimientos saludables en los hijos para que el día de mañana se vuelvan adultos mentalmente sanos, autónomos y seguros de sí mismos.

-Pero, ¿Qué convierte a una madre en mala madre?

La Psicóloga, Olga Carmona, define a una madre tóxica como “aquella que establece con sus hijos una relación insana, basada en un vínculo patológico que obstaculiza el normal desarrollo psicoafectivo de sus hijos”.

-¿Podríamos decir entonces que hay madres que no quieren a sus hijos?

“Cuando decimos que hay madres y padres que no quieren a sus hijos parece que esto fuera imposible porque es anti natura y sin embargo es bastante más frecuente de lo que nos gustaría creer ya que el amor es un constructo abstracto y cada persona hace una construcción de su significado de acuerdo a su biografía, a su personalidad, a su historia. Y, efectivamente, hay seres humanos que no tienen la capacidad de amar”, afirma.

Plantear la idea de que hay madres que no saben amar a sus hijos resulta ir en contra de uno de los mitos más sagrados para muchas culturas donde nunca se cuestiona la maternidad.

Según Carmona las madres tóxicas suelen ser “mujeres que han llegado a la maternidad por caminos que se alejan bastante de un mínimo nivel de conciencia y de libre elección, mujeres empujadas por la edad, por la presión social, por no ser cuestionadas, por hacer una huida hacia adelante, por tener una idea romántica e infantil de lo que verdaderamente es tener un hijo; porque no nos engañemos, para las mujeres antes y ahora, renegar de la maternidad o simplemente ejercer el derecho a no serlo, no es algo aprobado por la sociedad”, plantea.


Claves para identificar a una madre tóxica:

  • EGOÍSMO

Muestra características en su personalidad por las que podrías definirla como dominante, controladora o manipuladora. Para las madres tóxicas el centro gira el rededor de ellas mismas y por lo general no están presentes ni intentan ayudar a sus hijos en momentos cruciales de la vida de una persona, como el proceso para independizarse o la realización laboral.

  • AMOR TÓXICO

Una clave para entender este tipo de relación toxica es que se suele confundir el amor con la dependencia. La forma de retenerte es por medio de la necesidad, ya sea económica, emocional, etc. Esto puede llegar a causar adultos con problemas de inseguridad y dificultades para percibirse de manera autónoma separada de su madre.

  • CHANTAJISTA EMOCIONAL

La culpa es un factor clave en este juego perverso de las relaciones tóxicas. Por lo general no sentirse satisfecha en su vida, la madre tóxica intenta – de forma consciente o inconsciente- que a sus hijos les pase lo mismo. Con sus dichos y actitudes, rebaja la autoestima de sus hijos y sabotea su felicidad. Ignora los logros de sus hijos, sus virtudes, pero sí tiene muy en cuenta (no para de mencionarlo) todos los fallos.

  •  EGOCENTRISMO 

Pase lo que pase, ella siempre será el centro del espectáculo. Si tú estas mal, ella esta peor y espera que la contengas que seas su cuidadora y consejera. Si este es el caso, tienes una sensación permanente de que los roles se han invertido, has tenido que crecer muy de pronto y te encuentras en repetidas ocasiones haciendo tú el papel de madre.

Fuente: https://culturafilosofica.com/