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Hacer amigos después de los 30 años puede ser más complejo, sugiere investigación…

Diversos estudios realizados por especialistas aseguran que la edad más complicada para hacer amigos es a partir de los 30

Cuando somos niños hacer amigos parece ser muy sencillo, pues estamos rodeados de compañeros de la escuela, primos y muchas otras personas de nuestra misma edad. Solamente necesitábamos preguntar si querían ser nuestros amigos. Durante la adolescencia y a los 20 surgen nuevas amistades, gracias al instituto, la universidad o el primer empleo. Pero los problemas comienzan a aparecer cuando se cumplen los 30, ya que algunas personas sienten que hacer nuevos amigos es casi imposible.

Hacer amigos es tarea difícil a los 30

Según un estudio realizado por las universidades de Aalto en Finlandia y Oxford en Reino Unido, cuando las personas llegan a esta edad se reduce el círculo de contactos. Durante la investigación se analizaron las llamadas que hacían las personas desde sus celulares, concluyendo que la amistad alcanza su máximo a los 25 años. A partir de los 30 la cantidad de amigos se reduce, especialmente en los hombres.

La experta en sociología de las emociones y profesora de la Universitat Oberta de Catalunya, Natàlia Cantó, confirma que luego de los 30 la sensación de hacer amigos es más difícil. Sin embargo, lo atribuye más a las circunstancias que a la propia edad.

“No tiene tanto que ver con la edad como con las circunstancias de vida. Empezamos a trabajar de forma regular y a veces pasamos de vivir con nuestros padres, por nuestra cuenta o en un piso compartido a vivir con nuestra pareja y/o con nuestros hijos”

Cantó.

Esto quiere decir, según la investigadora que las responsabilidades cambian completamente con el tiempo, por lo tanto las personas no tienen suficiente espacio para cultivar nuevas amistades e incluso cuidar las que se tienen.

La amistad en la adultez es mucho más madura

“Para conocer gente a partir de los 30 es más sencillo buscar personas en contextos afines o que desempeñen roles similares a los nuestros. Si tenemos hijos, con personas con hijos; y si no, con personas sin hijos”. Luego continua, “del mismo modo, si por ejemplo se sigue una vida saludable y se practica deporte, se encajará más con personas que lleven este estilo de vida”.

La buena noticia es que las amistades en la madurez son más solidad a las de jóvenes, ya que son amistades basadas en afinidades. Esto lo ratifica Vidal, ya que a esa edad las personas son “más selectivas” ya que “conocen mejor al otro y conocen mejor lo que les gusta”.

Finalmente Vidal añade que esto frena “la amistad superficial”, generando conexiones un poco más íntimas y seguras. Esto ocurre porque a partir de los 30 se han acumulado decepciones, por lo tanto somos más prudentes al momento de confiar en otros.

Fuente: https://www.i24mujer.com