Atrás ha quedado la época en la que las mujeres con la aparición de las primeras canas, nos viéramos en la obligación y rapidez de recurrir a nuestro peluquero con el fin de taparlas.
Era lógico, porque tener canas era sinónimo de vejez, y las cabelleras blancas nos daban imagen de abuelas.
Los tiempos han cambiado y cada vez son mas las mujeres que optan por tener su cabello al natural y evitar algo tan dañino como es la tintura que llegado un momento en particular, se hacen cada vez mas seguidas una de las otras.
Claramente tanto químico, no hace mas que ir dañando de a poco nuestro cabello y nos provoca sequedad, caída y debilitamiento.
También es cierto que las precursoras en este tema, abrieron las puertas a que comencemos a pensar en lo natural y lo hayamos incorporado en nuestras vidas como algo normal y alejar el pensamiento de vejez que antes tanto nos preocupaba.
Annika Von Holdt nació en Dinamarca un 1ero. de Junio de 1968. Novelista y autora de 4 libros best sellers. Para el año 2013 publico una novela de nombre The rain in my heart. También esta considerada una gran influencer que cuenta en su cuenta de instagram con mas de 200.000 seguidores.
Pero mas allá de sus méritos personales, esta mujer se decidió a cambiar con sus 54 años de forma totalmente diferente su look.
El proceso hasta el cambio de un pelo hermoso
Esta mujer, así como Carolina Herrera, salió de un estereotipo marcado por la moda y la tradición, y rompió los esquemas defendiendo la esencia natural en este caso a lo que el cabello se refiere.
Ya tiene 54 años y ella comenta que comenzó con las tinturas desde los 20 años, momento en el cual comenzaron a aparecer y que en un principio se sacaba hasta notar que tenia menor cantidad de cabello. Esto hizo que mes a mes a través de tres décadas concurriera a su estilista para cubrirla con tintes. Hoy al darse cuenta que los químicos no solo deslucían su pelo sino que también lo debilitaban, decidió hacerse el gran cambio.
Este camino natural y cubierta de canas, ya la hace lucir y se muestra con la cabellera larga hasta la cintura sin remordimientos y feliz.
«Teñí mi cabello por décadas. Después de pasar un periodo de vacaciones sin teñirlo, parecía que me hubieran arrojado una cubeta de acido en la cabeza, así que no podía dejar de teñirlo a esta altura ya cada dos semanas».
