Se llama Solar Desalination Skylight y está pensado para las comunidades sin acceso a servicios básicos como electricidad y agua.
La batalla por los recursos se hace cada vez más fuerte y actualmente hay miles de millones de personas alrededor del mundo que carecen de agua potable, por ejemplo. En muchos lugares, el vital líquido está reservado para unos cuantos, como grandes empresas y personas de clase alta, por lo que aquellos pobladores que viven en situación de pobreza, se ven en problemas para conseguir agua.
Henry Glogau es un arquitecto originario de Nueva Zelanda que pensó en una solución para llevar agua potable y luz a esas comunidades con difícil acceso a los recursos. Glogau además, está muy interesado en el diseño de un futuro autosustentable; y es gracias a esto que se le ocurrió una increíble idea y con ayuda de una ONG local, puso manos a la obra.
Se trata de un dispositivo que puede dar luz a las casas sin necesidad de electricidad y al mismo tiempo, proporciona agua potable a partir de agua salada. Este proyecto se puso a prueba en Mejillones, una comuna cosatera a 65 kilómetros de la ciudad de Antofagasta, en Chile.
Henry pensó en las necesidades de esta región y se preguntó a qué recursos podían acceder sin restricciones. La respuesta fue simple: luz solar y agua de mar. Así es como nació Solar Desalination Skylight una lámapara que además de iluminar los espacios, puede destilar agua salda, dándole a sus habitantes agua dulce para beber.
¿Cómo funciona?
Aunque parece un artefacto complicado, los principios de su funcionamiento son muy simples y han estado presentes en la historia humana desde hace mucho tiempo. Se basa en la difusión de la luz solar y la evaporación del agua; aunque también incluye nuevas tecnologías.
Se trata de una especie de tragaluz que se instala en los techos de las viviendas. El objeto tiene forma redondeada pero con dos puntas en los extremos superior e inferior. Dentro posee una cuenca más pequeña que guarda agua salada y que además está conectada a 12 baterías. El agua de mar se bombea a través de una pequeña manguera y una vez llena, comienza a suceder la magia.
El agua refracta la luz solar, iluminando las habitaciones. Y gracias al calor, el agua salada se evapora, haciendo que se separe el líquido de la sal. Ya en forma gasosea, el agua sube y choca con las paredes del dispositivo, que tienen pequeños surcos que ayudan a que el agua baje en forma de gotas hacia la punta inferior. Esta tiene una válvula que te permite recolectar el agua directamente en tu vaso y beberla.
De acuerdo con Henry, su prototipo puede producir 440 mililitros de agua al día, lo que equivale a 1.85 tazas. Además, el nivel de salinidad del agua queda en 40 partículas por millón. Esta es una cifra muy por debajo de las 500 ppm, cantidad a la que se considera que el agua es bebible sin causar daños.
Pero eso no es todo pues el joven también pensó en las noches. Solar Desalination Skylight cuenta con baterías que se alimentan de la sal restante y luces led. Así, cuando cae la noche, las luces led se encienden, permitiendo que los habitantes sigan teniendo iluminación en sus casas.
Por el momento, el proyecto es toda una maravilla y promete ser la solución para muchas comunidades sin acceso a estos importantes recursos.