¿Crees tener un sexto sentido? Es muy posible que así sea. De hecho, casi todo el mundo lo tiene, aunque la mayoría no lo sabe. También conocido como percepción extrasensorial, los expertos están de acuerdo en que lo usamos de una manera constante. ¿Cómo podríamos saberlo? Para responder a eso, antes debemos conocer qué es exactamente el sexto sentido. Tienes cinco sentidos principales: visión, oído, gusto, tacto y olfato. Sin embargo, los científicos están empezando a aceptar que podríamos poseer algunos sentidos más de lo que se pensaba anteriormente.
Por ejemplo, el reflejo del picor, no se puede atribuir al tacto. Además, la termocepción es la capacidad de discernir la temperatura ambiente y los cambios de temperatura, y es algo que también tenemos todas las personas. De hecho, puede haber alrededor de 21 o más sentidos humanos. No obstante, aquí hablaremos de la percepción extrasensorial; la capacidad de percibir más allá de nuestros sentidos normales. Se manifiesta de muchas maneras, desde ver algo que otros no pueden, hasta oír sonidos o saber algo que está por suceder, como si fueras consciente de algún peligro a la vuelta de la esquina.
Un increíble cerebro sensorial
La percepción extrasensorial se define como “procesos anómalos de información o transferencia de energía, como la telepatía, que actualmente no están explicados en términos de mecanismos físicos o biológicos conocidos”. La prueba del sexto sentido es el hecho irrefutable de que tu cerebro funciona de una manera de la que apenas eres consciente, pues si no lo hiciera, la raza humana se habría extinguido antes de siquiera comenzar. Por ejemplo, piensa en la tecnología empleada en la fabricación de un misil guiado.
Todos esos cálculos, los mecanismos de autocorrección incorporados, etc. Es un logro masivo para los humanos producir y objetar algo que puede ser establecido en un rumbo determinado, mantener dicho rumbo y corregirse constantemente hasta apuntar al objetivo deseado y luego… explotar. Sin embargo, cuando alguien te tira una pelota de repente, a unos 6 metros de distancia y gritándote “¡atrápala!”, casi con total seguridad podrás agarrarla sin problemas, en caso de tener unas reacciones normales. Las habilidades que entran en esa captura son mucho más avanzadas que las empleadas en la programación de un misil guiado.
Mira lo que tu hizo tu cerebro sin que ni siquiera te dieses cuenta: calcular la velocidad y la trayectoria de la pelota; te hizo equilibrar el cuerpo en preparación para la captura; calculaste exactamente dónde sostener las mano para interceptar la pelota; estimaste rápidamente el peso de la misma para que pudieras sostenerla sin problemas; tus movimientos motrices brutos y finos fueron sincronizados a la perfección y ni siquiera tuviste que pensar en ello con tu mente consciente. Todo fue hecho en un microsegundo. Esto demuestra que tu cerebro es capaz de mucho más de lo que crees. Entonces, ¿cómo podemos descartar la posibilidad de un sexto sentido? En pocas palabras, no podemos. Echa un vistazo a los signos que podrían hacértelo saber…
Piel de gallina: El signo más obvio del sexto sentido es la sensación de peligro. Se puede presentar a un individuo de varias maneras: vellos finos que se levantan en la parte posterior del cuello o brazos, piel de gallina o una sensación de aprensión. Nunca ignores este sentido; retírate de ese lugar o situación. lo más rápido posible.
Sombras repentinas: Ver movimientos o sombras inexplicables en tu visión periférica puede ser una señal de que estás experimentando visitas fantasmales. Una vez que hayas eliminado cualquier fuente humana o animal, no tengas miedo; las sombras no pueden lastimarte. Presta atención a otras señales, pues quizás alguien está tratando de contactar contigo.
Voces en tu cabeza: Escuchar voces, especialmente aquellas con las que puedes conversar, podría indicar tu percepción extrasensorial. Antes de llegar a esa conclusión, es importante verificar cualquier otra causa, como una enfermedad mental o depresión. Es posible que puedas ser un canal psíquico, así que anota lo que oyes y pide tanta información sobre la entidad canalizada como sea posible.
Desconfianza hacia los extraños: Si estás en presencia de alguien que acabas de conocer y tienes un mal “presentimiento”, tu sexto sentido está trabajando duro para tratar de advertirte. Nos contactamos con otras personas a un nivel mucho más profundo que una simple charla y contacto visual. Tu subconsciente ya conoce a esta persona y te advierte de que te vayas o evites su atención. Esto también puede funcionar de otra manera cuando experimentas una atracción repentina y profunda.
Un cierto conocimiento: Cuando sabes que debes salir de la autopista, que no debes acudir a esa fiesta, o que algo está a punto de suceder, esto se llama clarividencia. Puede que no tengas una fuente física como la piel de gallina, pero simplemente lo sabes sin saber cómo lo sientes. Siempre que experimentes algo así, presta atención, cambia lo que estás haciendo si es necesario.
Una mayor conciencia: Esto es algo que puedes entrenar para darte cuenta de otros signos y mensajes. Al entrenarte para observar todas estas señales, podrás recibir respuestas a las preguntas casi de inmediato. Cuando desarrolles esto a un alto grado, acabarás poseyendo un sexto sentido. Siempre estarás “alerta”.
¿Qué piensas al respecto?
Fuente: https://blog.paraloscuriosos.com/