La decepción siempre es una opción latente en las relaciones interpersonales, que se produce cuando lo que recibimos no corresponde con lo que esperamos. Es normal para nosotros generarnos expectativas especialmente en lo que se refiere a relaciones interpersonales. Solemos endosar en el otro lo que probablemente nosotros haríamos en su lugar.
Ahora bien, la decepción es algo que está en nuestras manos, porque si no esperamos nada de nadie, sencillamente nunca probaremos ese trago amargo, sin embargo esto puede no ser tan sencillo, por lo que te dejamos para tu valoración estas recomendaciones:
- No idealices a las personas: Mira objetivamente a cada quien, cada persona es particular, con defectos y virtudes, procura no verlas como te gustaría que fuesen, sino como en realidad son.
- Procura no esperar nada de nadie: Mientras menos esperes de los demás, menos riesgos tendrás de decepcionarte, si recibes cosas positivas de alguien, te sorprenderás gratamente.
- Sé empático: Ponte en la posición del otro, quizás desde nuestra realidad algunas cosas son evidentes, con nuestros recursos, haríamos uso de ellos de una determinada manera. Pero debemos entender que no todos miramos desde el mismo cristal y lo que está bien para mí, no tiene que estarlo para alguien más.
- Sé comprensivo: Todos estamos haciendo lo que podemos con los recursos que tenemos. La mayoría de las personas que llegan a decepcionarnos, no lo hacen con esa intención, solo que no fue suficiente para nosotros o no estuvo bien desde nuestra perspectiva.
- Acepta que lo que das no será necesariamente lo que recibas: Si bien es cierto que lo que sembramos, cosechamos, esto es bastante general y nos habla más de un equilibrio en lo que damos y recibimos, sin especificar tiempo, ni personas.
- No dependas de los demás: Si tu felicidad depende de alguien más, de cómo actúe, de qué te brinde… Tienes alto riesgo de decepcionarte, porque siempre vas a estar esperando que cubran tus necesidades, cosa que solo debería ser tu responsabilidad.
- Acepta que todos somos diferentes: El hecho de que tú hagas algo en determinada situación, no significa que la reacción de otra persona coincida con la tuya. Permite que cada quien actúe desde su realidad, sin asumir una falsa empatía encabezada por: yo en tu lugar…
Evidentemente, sería interesante que cual profecía pudiésemos encaminar las acciones de quienes nos rodean con nosotros, lo cual no es imposible, pero requiere de un dominio de pensamiento y emociones tal, que de seguro, de alcanzarlo, no nos preocuparíamos por decepcionarnos de alguien.
Da lo mejor de ti y procura no esperar de los demás y permíteles ser más allá de tus expectativas.
Por: Sara Espejo