Estudio de Yale-NUS College en Singapur reveló este impactante dato. El pánico por las malas condiciones de vida del futuro está deteniendo la formación de los nuevos hogares.
De entre las cosas malas que tuvo este año (que no fueron pocas, cabe mencionar), fue que gracia a la pandemia y todas sus consecuencias, a todos se nos olvidó la lucha enorme y a largo plazo que estábamos conllevando. La inminencia de la llegada de este virus que puso en peligro la vida de muchísimas personas, nos obligó a dejar de lado los notables esfuerzos que se estaban llevando a cabo por hacer frente y mitigar los efectos del calentamiento global.
Este fenómeno natural, pero acelerado por la acción humana, se pronostica que podría tener consecuencias horrorosas para una cantidad enorme de la población del mundo. Según las cifras oficiales, hace un par de semanas la pandemia se cobró oficialmente más de 1 millón de víctimas. Los pronósticos sobre los efectos al largo plazo del calentamiento global se pronostica que serán mucho, mucho peores.
Es este clima incierto el que inspiró una desalentadora respuesta de los jóvenes consultados en un estudio llevado a cabo por Yale, en conjunto con el NUS College de Singapur.
El estudio buscó medir las percepciones que los adultos jóvenes tienen frente a este fenómeno. Este grupo siempre ha sido señalado como el más preocupado por este tema, y los números así lo indican: un 92% dijo sentirse muy preocupado sobre este tema y tener una percepción negativa sobre el porvenir.
Es de ese grupo del que se desgrana uno de los apartados más preocupantes: un 6% de los encuestados dijo que prefería no traer hijos a un mundo que se encaminaba hacia una catástrofe de esta clase.
De ese mismo grupo, muchos de ellos se mostraron más favorables a adoptar un hijo que tener uno propio. Es una lógica que hace sentido: si se tiene la conservación de los hábitat naturales y las condiciones de vida óptimas de las personas en mente, darle un hogar seguro y amor a una persona que ya llegó a este mundo, pero que por una razón y otra no pudo contar con padres y un hogar, es la solución más compasiva:
“El mundo será un infierno de invernadero, con guerras por recursos limitados, civilización colapsada, agricultura en decadencia, mares crecientes, glaciares derretidos, hambre, sequías, inundaciones, deslizamientos de tierra y devastación generalizada”
–Encuestado de 42 años, para Climate Change–
Quizás lo que debemos sacar en cuenta de este estudio, es lo real que es el calentamiento global. Aun no es demasiado tarde para evitar el colapso de la civilización, pero esto requerirá que todos pongamos de nuestra parte.
Fuente: http://www.upsocl.com/