Maria Eduarda Henriques, de 54 años, pasó gran parte de su vida identificándose con el lado femenino y ocultándose por miedo al rechazo, pero gracias a una terapia y apoyo de su familia pudo ser ella misma, inspirando así a más personas.
Si nos preguntan por quién es la persona que mejor nos conoce en el mundo, probablemente menciones que nuestros padres, mejores amigos, pareja e incluso nosotros mismos, pero la vida está tan llena de sorpresas y nos damos cuenta de que nunca nos terminamos de conocer.
Cada día aprendemos algo nuevo sobre nosotros mismos, y por muy increíble que suene, estas observaciones muchas veces quieren decirnos algo y podrían llevarnos a un cambio de vida, una donde hay más libertad y amor propio.
Maria Eduarda Henriques, de 54 años, es una mujer transgénero de en Santos (Brasil) que durante su infancia notó que se identificaba más con el género femenino que el masculino, con el que había nacido, pero no fue hasta muchos años después que se escuchó a sí misma y se dio cuenta de que quería vivir como mujer a los 50 años.
“Tengo 54 años, y desde niño me encontré en algunos conflictos que no lograba entender. Por ejemplo, cuando me fijé, quise hacer algunos cambios que en mi cabeza eran absurdos, como tener el cabello más largo, usar la ropa de mi hermana, la ropa de mi madre. Y me identificaba mucho con la forma de comportarse de las niñas y las mujeres”, contó a G1.
Creció en una época donde la sociedad y política del país no eran abiertas de mente, y la información no era fácil de conseguir al no existir internet ni tener libros a su alcance, la única referencia para ella fueron los “travestis”, quienes fueron muy marginados y no tenían derecho a una vida digna. Además las creencias religiosas también la confundieron haciéndola sentir culpable y con miedo a no ser respetada.
Maria Eduarda siempre soñó con tener una familia, casarse, estudiar y tener una carrera, además de que sentía atraído por las mujeres, por lo que sintió que sus sentimientos no encajaban del todo.
Así fue como creció y se convirtió en un adulto casado, con hijos y una carrera prometedora, pero las dudas sobre su identidad siguieron y aceptó ir a una terapia para recibir orientación, la cual le ayudó a darse cuenta de que quería ser mujer. “Así fue como, finalmente, me descubrí. Cuando comencé a entender todo el concepto de lo que es la transexualidad, comencé a reconocerme y a sentir la necesidad de liberarme”, comentó a G1. Su matrimonio de 27 años dio su fin, pero su exesposa la respetó y apoyó.
Toda su familia aceptó su identidad de género y la respetó sin problemas, así que comenzó de a poco el tratamiento hormonal, adaptación corporal y cirugías. Incluso pasó de dedicarse al mundo corporativo donde trabajaba a las artes visuales, con lo que siempre soñó.
“Nunca es tarde para que una persona se reconozca y se dé cuenta de quién es. Creo que, a cualquier edad, esto es sumamente válido, porque es muy difícil luchar contra eso, contra lo que somos”, comentó al medio.
Con el apoyo de su hija, Helena Sammarone Henriques, crearon la marca de diseño llamada “Mina”, donde crean productos que rinden homenaje a personas trans históricas para reivindicar los derechos de la comunidad LGBTQIA+ e incentivar a respetarlas como también aceptarlas.
Con su ejemplo, Maria Eduarda Henriques busca inspirar a aquellas personas que estén pasando por lo que ella vivió y no teman a ser ellas mismas.