Linnea Schmelzer, de 26 años, vive actualmente en el remoto desierto de Idaho. En una camioneta que no tiene ducha ni inodoro, pero es contenta viviendo “sin lujos” y con la compañía de su pastor alemán Akela.
Con 26 años, un trabajo fijo que le tenía cansada y un novio del que había dejado de estar enamorada tras cinco años de relación, Linnea Schmelzer necesitaba dar un vuelco en su vida. Un cambio radical, que le permitiera volver a disfrutar cada día. Fue entonces que decidió dejar su trabajo como instructora de campo en una compañía de terapias en la naturaleza, terminar también su novio y gastar 7.500 dólares para transformar un furgón en una casa rodante donde hoy viaje y recorre el desierto de Idaho junto a su pastora alemán de cinco años, Akela.
En la camioneta en la que actualmente reside, Linnea no tiene ducha, bomba de agua y ni siquiera un inodoro. Utiliza los baños públicos o simplemente hace sus necesidades en la naturaleza. Ella es “perfectamente feliz sin estos lujos” y su nueva vida en movimiento la tiene totalmente entusiasmada. Mientras que a pesar de que utiliza un hotspot en su teléfono móvil para conectarse a internet, ella dirige su propio negocio de salud a distancia.
Aventuras en las que además de contar con su leal perrita, también ha sido fundamental Togo, que es como decidió llamar al vehículo que compró en mayo del 2020 por 20.000 dólares y al que le invirtió 7.500 más para convertirlo en su hogar. Instalando ella misma los gabinetes, los espejos, el armazón de la cama y la electricidad que usa.
“Disfruté de mi vida antes de la furgoneta (…) Estuvo llena de construir mi futuro, pasar tiempo con amigos, trabajar en mi relación con mi pareja en ese momento y ser realmente activa en más de un sentido (…) Pero diré que estaba emocionada por algo diferente y más satisfactorio. Sabía en mi corazón que mi vida no era realmente lo que quería que fuera (…) Quería que Togo se sintiera como una pequeña cabaña. Sabía que pasaría la mayor parte de mi tiempo sola y quería un espacio que se sintiera reconfortante, terrenal y acogedor (…) Realmente creo que es hermoso que todos tengamos diferentes definiciones de vivir una vida contenta”
– contó Linnea Schmelzer a Daily Mail–
La mayoría de los equipos que lleva consigo y que utiliza en el exterior de su furgón casa, los guarda debajo de su cama, considerando ese lugar su “garaje”. En él por ejemplo está su bolsa de dromedario de 6 litros y una carpa de ducha, las que utiliza para calentar el agua y verterla encima suyo para bañarse.
Dentro de su hogar también tiene diferentes materiales para mochilear, como son los sacos de dormir, arnés de escalada, colchoneta de yoga y mancuernas, combustible, agua extra y además dos contenedores grandes llenos de ropa que utilizará en un futuro.
“Akela está tan cómoda en mi cama como en nuestra tienda de campaña para dos personas en el desierto (…) Ella es mi mejor compañera y compañera de viaje, y no puedo imaginarme haciendo nada de esto sin ella (…) Ella también es protectora con la camioneta y conmigo misma, lo que me hace sentir mucho más cómoda sabiendo que siempre me advertirá del peligro (…) Me encanta vivir como lo hago. Valoro mi tiempo a solas y estar en la naturaleza”
– dijo Linnea–
Akela también es muy importante en sus planes, por lo que a ella le tiene un chaleco salvavidas, una mochila y un chaleco refrigerante para así estar preparada para cualquier ocasión. Durmiendo su perrita y ella juntas. Se tienen la una a la otra, visitando además de la zona desértica, ríos y cascadas. Sin olvidar que según sus propias palabras, los ejercicios y una dieta nutritiva han sido fundamentales para su experiencia como viajera.
Fuente: http://www.upsocl.com/