Todas las personas tenemos ego, pero la diferencia está en que uno los tienen más elevado que otros y eso en ocasiones puede generar una gran cantidad de problemas.
Controlar el ego para algunos no puede ser tan fácil, es por ello que en esta ocasión te daremos a conocer un total de tres estrategias muy efectivas que te ayudarán a controlar el ego. Pero no solo eso, sino que también podrás convivir mejor con las personas que están a tu alrededor.
Así que si eres alguien que desea controlar su ego, lee con mucha atención este artículo.
1. Controla la necesidad de tener razón
Hay ocasiones en las que ofrecer tu opinión está más que justificada: si te la piden o si la situación tiene tintes intolerantes que dañan a terceras personas. Pero la gran mayoría de ocasiones, si prestas atención, comprobarás que nos dejamos la vida opinando sobre temas de lo más triviales que probablemente ni nos interesen del todo. Esa tentación irresistible a opinar proviene del ego, que necesita reafirmarse mediante todo lo que proyectas al mundo. Y se vuelve especialmente nociva cuando nos impulsa desesperadamente y por cualquier medio a tener razón.
2. No te ofendas tan fácilmente
Cuando alguien nos lanza una ofensa, independientemente de que tenga o no fundamento, nuestro ego se revuelve airadamente hasta conseguir que el organismo active el modo lucha con el objetivo de devolver el golpe.
En tu vida, lo que importa es lo que tu piensas. Siempre que tú pienses que eres valioso e increíble no tienes necesidad de sentirte ofendido. Es una pérdida de tu precioso tiempo y energía y da a otros control sobre ti. No permitas que el ego ponga en manos ajenas tu autoestima.
3. Observa tu sed de atención
Gran parte de nuestro comportamiento ocurre sin que lleguemos a entenderlo del todo. Por eso, a veces basta con fijar la atención en ello, con observarlo ‘objetivamente’, para tomar constancia de repente de lo absurdo y banal que resulta. Como las millones de veces que presumes por algo o que te atribuyes méritos de cualquier tipo o que buscas desesperadamente la atención de los demás.
Un buen ejercicio para reducir este comportamiento ególatra y egocéntrico sea pasar una temporadita sin decir nada, ni publicar nada en tus redes sociales. Matar de sed al ego y ver qué pasa.
Fuente: https://gutenberg.rocks