Este 6 de febrero, en Turquía se vivió uno de los peores terremotos que han azotado al mundo, con un epicentro de 7.8 de magnitud, registrándose en el sureste del país y afectando también a Siria al ocurrir cerca de la frontera entre ambos países. El número de personas fallecidas sigue aumentando con más de 7.700 hasta el momento, así como miles que resultaron heridas.
El temblor ocurrió a las 4:17 a.m. hora local, pero, con el paso de las horas, fuertes réplicas continuaron azotando la región, incluida una de magnitud 7.5. Cabe señalar que se han registrado al menos cien réplicas y todavía es probable que ocurran muchas más.
A través de diversos medios de comunicación y las redes sociales se han dado a conocer las jornadas de búsqueda de los rescatistas, en las que se han podido rescatar a varios niños cuyos cuerpos fueron encontrados en un espacio entre las toneladas de hierro y concreto para resistir.
De acuerdo con reportes oficiales, al menos 5.606 edificios se derrumbaron durante y después del terremoto en Turquía. Además, según la UNICEF, “es probable que miles de hogares hayan sido destruidos, desplazando a familias y exponiéndolas al clima en una época del año en que las temperaturas descienden regularmente”, pues a medida que el número de muertos aumenta y los equipos de rescate continúan buscando sobrevivientes, miles de personas sin hogar buscan refugio.
Otro sismo se registró en Turquia de 5,7 hace aproximadamente 1 hora.#Turquia #Turkey #sismo #earthquake #temblor #Terremoto #Turkiye pic.twitter.com/VJPWeZJpo6
— SantiContreras (@SantiContreras) February 7, 2023
Ante esta catástrofe, países como Japón, Canadá, Noruega, Estados Unidos, México, Irak, entre otros, se han pronunciado para brindar la asistencia necesaria. Incluso Grecia, país con el que Turquía ha tenido algunas tensiones, ha enviado ayuda. Así lo manifestó Kyriakos Mitsotakis, el primer ministro de Grecia, quien afirmó que este “es un momento para dejar de lado temporalmente sus diferencias” y concentrarse en abordar la urgente situación.
Sin embargo, según Mitsotakis, en Siria no hay interlocutor oficial ni garantías de que la ayuda llegue a las personas afectadas, lo que hace que los esfuerzos de socorro sean difíciles de llevar a cabo, ya que, como recordaremos, el noroeste de Siria ha estado en conflicto desde la guerra civil y hay zonas controladas por rebeldes antigubernamentales.
Quiero enfatizar esto: no se trata de geopolítica. No se trata de reconocer ningún régimen. Se trata de salvar a personas en condiciones horribles que necesitan desesperadamente nuestra ayuda.
Por su parte, la representante de la UNICEF en Alepo, Angela Kearney, aseguró que los hospitales en la Siria afectada están “absolutamente sobrecargados”, pues se encuentran llenos de pacientes con traumatismos, huesos rotos y laceraciones. Además, agregó que si bien la ayuda está comenzando a llegar a las áreas afectadas, todavía hay necesidad de abastecer mantas, alimentos, agua potable y atención médica.
FUENTE: https://www.okchicas.com/