Cuando se trata de la ciencia, muchos podrían pensar que solamente es algo para adultos. Sin embargo, existen niños con mentes e ideas brillantes que pueden hacer un gran cambio en la sociedad y en el medio ambiente. Xóchitl Cruz quiso ayudar a las personas de bajos recursos para que tuvieran agua caliente en sus hogares, por lo que construyó un calentador solar con materiales reciclados. Su creación tuvo un impacto tan positivo que, a sus 8 años, se le entregó el reconocimiento ICN a la mujer, el cual es otorgado por el Instituto de Ciencias Nucleares de la UNAM, en México.
Una pequeña científica desde los 4 años
Desde los 4 años, Xóchitl mostró un interés muy grande por la ciencia y comenzó a participar en el Programa Adopte un Talento (PAUTA), el cual busca impulsar las habilidades de los jóvenes y niños a través de la indagación, los experimentos y el análisis. Su objetivo principal es acercar la ciencia a mentes brillantes para que puedan formarse como ciudadanos con ingenio científico y logren comprometerse con su entorno. La niña comentó que gracias a esa asociación tuvo la oportunidad de realizar miniproyectos para ampliar sus conocimientos.
“Baño calientito”, un proyecto con gran impacto social
En San Cristóbal de las Casas, Chiapas, lugar donde vive Xóchitl, el clima es muy frío la mayor parte del año. Muchas de las personas que habitan en esa zona no cuentan con los recursos necesarios para adquirir calentadores sofisticados, y tienen que usar agua fría para bañarse o, en muchos casos, esforzarse para conseguir leña y calentarla. Por esta razón, la pequeña científica quiso idear un sistema que le permitiera a la gente obtener agua caliente. Con esto, las personas evitarían enfermarse por las bajas temperaturas y no gastarían sus pocos recursos en consultas médicas.
El calentador de agua solar fue nombrado “Baño calientito”, y la pequeña no solamente lo hizo por la sociedad, pues también desea que se dejen de talar árboles y se evite a toda costa el daño que se le hace al planeta. Invirtió dos semanas para crear el producto. Para hacerlo, utilizó 10 botellas de plástico, 2 metros de manguera, 2 puertas de cristal de un enfriador descompuesto y 2 trozos de madera. Al terminarlo, su padre la ayudó a instalarlo en la azotea de su casa y, después de la escuela, ella misma se encargaba de realizar las pruebas para llevar un registro de la temperatura que tenía el agua.
Una hija feliz y unos padres orgullosos
Aunque Xóchitl nunca se imaginó lo lejos que llegaría con su proyecto, ver el impacto que ocasionó la sigue llenando de alegría, pues, gracias a su idea, ella podrá ayudar a muchas personas y también favorecerá al medio ambiente. Para su madre resulta muy grato y satisfactorio ver cuánto ha logrado su pequeña gracias a su perseverancia y dedicación. “Es muy emocionante ver cómo tu hija es reconocida por su trabajo”, comentó. Sin duda alguna, detrás de este gran éxito se encuentran los valores que sus padres le han inculcado y, principalmente, el gran apoyo que le han brindado para que logre sus objetivos.
Los planes futuros y el inicio de una carrera prometedora
Después de este invento, el cual le ha traído una gran satisfacción a ella y a su familia, planea hacer otro calentador con algunas modificaciones para que no hayan fugas de agua. Para conseguirlo quiere reemplazar las botellas por paneles solares, ver cómo funciona y si es más efectivo que el modelo original. Esto es solamente el inicio de una carrera que comenzó desde su infancia. Seguramente, Xóchitl, quien actualmente tiene 10 años, seguirá sorprendiendo al mundo con sus próximos inventos, dándoles un gran ejemplo a otros niños y mostrando que los sueños pueden cumplirse, teniendo en cuenta que, detrás de los logros, se encuentra un largo camino lleno de trabajo y dedicación.
¿Qué opinas de esta iniciativa? ¿Qué le dirías a Xóchitl? Cuéntanos en los comentarios.
Fuente: https://genial.guru/