Una tragedia: más de 500 millones de abejas han muerto en Brasil en apenas tres meses. Pero lo peor de todo es que la principal causa de muerte podría afectar también a los seres humanos.
Lo cierto es que la mayoría de las abejas muertas tenían rastros de Fipronil, un insecticida proscrito en la Unión Europea y clasificado como posible carcinógeno humano por la Agencia de Protección Ambiental de EE.UU.
La situación en el país es grave: el uso de pesticidas en Brasil se disparó un 770% entre 1990 y 2016, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura.
De acuerdo con la BBC, hay 193 nuevos insecticidas químicos registrados en el país sudamericano. Un país que se ha convertido en el mayor comprador de pesticidas del mundo.
“Tan pronto como las abejas sanas comenzaron a sacar a las abejas moribundas de las colmenas, se contaminaron“, señaló Machado, vicepresidente de la Asociación de Apicultura de Rio Grande do Sul en Brasil.
Alrededor del 75% de los cultivos del mundo dependen de la polinización de las abejas, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
Fuente: https://intriper.com