«Era requisito del abuelo que el reposapiés en su sillón fuera lo suficientemente ancho para que él y Coco se sentaran uno al lado del otro», indicó Aleecia Dahl. Es su mejor amiga
Suelen querer ser los más autoritarios, pero siempre terminan siendo los más amorosos y cariñosos. Según Aleecia Dahl su abuelo no quería un perro, en lo absoluto, se negaba rotundamente a permitir la llegada de una mascota a su vida. Sin embargo, una vez conoció a Coco, lo difícil fue separarlos.
Suelen viajar a menudo para dar algunos paseos, pero cuando no lo hacen, les encanta estar tranquilos en casa descansando en un reconfortante sillón. Lastimosamente, tantas han sido las tardes viendo televisión juntos que el mueble se desgastó.
«Cuando la abuela y el abuelo se mudaron, (necesitaban comprar) muebles nuevos. Era requisito del abuelo que el reposapiés en su sillón fuera lo suficientemente ancho para que él y Coco se sentaran uno al lado del otro».
Aleecia Dahl (nieta) a The Dodo
Así que en un gesto de amor puro, el abuelo decidió llevarse a la perrita para la tienda y de esa forma asegurarse de encontrar un mueble que cumpliera las expectativas de ella.
«Trajo a Coco a varias tiendas para probar sillas hasta que encontró la perfecta», dijo Dahl. Coco siempre fue recibido con una sonrisa, ya que estoy seguro de que no todos los días un hombre y su perro van a comprar muebles».
Aleecia Dahl (nieta) a The Dodo
Cuando Coco vio el reposapiés correcto no lo dudó: se subió indicándole al abuelo que ese es el que quería. Él por supuesto, metió la mano al bolsillo y pagó sin dudarlo el que era del gusto de su querida amiga.
Una hermosa historia que explica un poco el valor de las mascotas, en esas instancias en que más se necesita a la familia y muchos se alejan, ellos más se acercan convirtiéndose indispensables en nuestras vidas.
Fuente: http://www.upsocl.com