Pensamos que cuanto mayor sea el tiempo que pasamos con nuestros hijos, mejor. Pero no es siempre así, en realidad depende de la calidad del tiempo que dedicamos.
En muchas ocasiones las obligaciones, el trabajo y el cansancio nos privan de momentos relajados y en sintonía con nuestros seres queridos, nos impiden reconectar como pareja y como familia pero, aún más importante, nos privan de momentos con los pequeños de la casa. No somos conscientes de aquellos momentos en que revisamos el móvil mientras acompañamos a nuestros hijos a hacer los deberes, no estamos dedicándoles nuestro tiempo.
Tampoco somos conscientes de aquellas situaciones en que parece que les acompañamos viendo una película y en realidad, no estamos compartiendo ese tiempo.
En esto consiste el tiempo de calidad.
Un tiempo de calidad es aquel en que las risas y sonrisas, las actividades compartidas, los juegos e incluso actividades de la vida cotidiana, son los protagonistas. Tener actividades como jardinería en familia. Ayudarle a hacer los deberes y mostrarle tu apoyo, es también tiempo de calidad. Incluso preparar la merienda juntos es tiempo de calidad.
Beneficios de pasar VERDADERO tiempo de calidad con los hijos
– Mejora el clima y la comunicación familiar.
– Incrementa los vínculos afectivos.
– Fomenta el desarrollo de los pequeños: físico, social, afectivo, cognitivo, etc.
– Favorece el conocimiento mutuo. Consigues conocer mejor a tus hijos y ellos a ti.
– Se generan aprendizajes mutuos, ellos aprenden de nosotros y nosotros de ellos.
– Libera el estrés y la tensión. Divertirse juntos y hacer actividades nos ayuda a toda la familia a liberar tensiones.
– Aumenta la confianza, la seguridad y la autoestima. Los niños y niñas se sienten más queridos y seguros.
– Se desarrollan las habilidades sociales, ya que es un tiempo en el que los pequeños aprenden a relacionarse.
Fuente: https://gutenberg.rocks/