No eduques a tu hija para que sea una princesa,
edúcala para que sea una guerrera.
No se trata de consentir a tu hija, se trata de prepararla
para que sea capaz de conseguir lo que ella quiera con su propia fuerza.
Enséñale que las mujeres perfectas no existen, pero sí las mujeres valientes.
Enséñale que ella tiene el poder.
El de decir que no cuando algo no le gusta, el de alzar la voz cuando algo le parezca injusto, el de terminar con una relación al primer indicio de maltrato, el de defenderse cuando alguien le ponga una mano sin su consentimiento.
Enséñale que hay victorias que no merecen la pena,
y que hay derrotas que sí la valen.
Enséñale que debe ser independiente,
que ella sola tiene la fuerza necesaria para salir adelante,
y que no necesita de nadie más para estar completa.
Enséñale que todos los lujos que un hombre pueda darle,
puede dárselos ella misma.
Y si le quieres enseñar algo realmente útil, enséñale que,
a lo largo de su vida, tendrá que enfrentarse a sus peores pesadillas,
y que las mujeres valientes no son aquellas que no tienen miedos,
sino aquellas que no se dan por vencidas y luchan hasta vencerlos.
Enséñale que una mujer valiente es una mujer que vale la pena,
y que a la felicidad le encanta acompañar a las mujeres valientes.
Tony E.A