Te amo y lo callo,
porque no me perteneces;
porque de lo contrario,
me hago más daño a mí,
y quien menos se lo merece.
Te amo y lo callo,
por el honor a la amistad,
por no tener en mi conciencia
siempre, la sombra de un traicionado
que me recuerde que no me perteneces.
Te amo y lo callo.
Así estoy yo: viviendo en
un infierno y estar congelado.
Autor: Rourke Boada