Fue captado por el profesor que tomaba la prueba, llamando su atención. “Fue el último en terminar, pero me di cuenta que fue quien mejor lo hizo y dio su mejor esfuerzo”, dijo Antonio Ramírez.
Nunca es tarde. Por más que este dicho suene cliché, no deja de ser cierto. El hecho de ser anciano y tener ya unos buenos años, no significa nada más que un número. En ocaciones hemos sido testigos de señores (y obviamente también señoras) deportistas, atletas, románticos y estudiantes. La vida es un regalo y debemos vivirla a concho, hasta el último día de nuestra existencia.
El señor que protagoniza esta historia es un claro ejemplo. Fue captado por un maestro, que tomaba el examen para ingresar a estudiar abogacía.
Estaba sentado al fondo del salón, rindiendo muy concentrado, aquel examen que podría cumplirle el sueño de ser abogado.
A través de redes sociales, el usuario identificado como Antonio F Ramírez, quien presumiblemente es el profesor del examen, difundió la historia del señor.
“El día de hoy aplique otra vez el examen de admisión a la facultad de derecho UAGro. Y me llamo la atención este señor muy humilde quien llego, y muy ilusionado se puso hacer su examen, fue el último en terminar, pero me di cuenta que fue quien mejor lo hizo y dio su mejor esfuerzo, pues aprovechó hasta el último minuto del tiempo para revisar una y otra ves su examen, al terminar y entregarme su platiqué un rato con él y me comentó que siempre había querido estudiar pero no tenía la manera”.
–escribió en Facebook Antonio Ramírez–
Cuando terminaron de rendir todos, el anciano se quedó revisando detalles, solo al fondo del salón. Parecía calmo, muy concentrado y dando el máximo de sí.
“Ahora esta muy ilusionado y enfocado a qué será un gran abogado, estoy seguro que así será, la reflexión de esto es que a pesar de la difícil que parezcan las cosas, siempre debes buscar la manera de lograr tus objetivos, en la actualidad hay muchos jóvenes que tienen la oportunidad de estudiar y no la quieren aprovechar, este señor nos pone un gran ejemplo de lucha, constancia y que el que no busca sus objetivos es por qué no quiere. ¡De verdad que le deseo mucho éxito!”.
–continuó Antonio Ramírez–
Los comentarios en Facebook no se hicieron esperar. Este señor despertó mucha inspiración:
Un ejemplo para los más jóvenes, dice Mari Parra.
Obviamente le llovieron las felicitaciones, esperando que haya logrado aprobar.
Sin dudas que no hay edad para inspirar. Tal como dijimos al comienzo, la edad es solo un número. De nosotros depende darle sentido.
Fuente: http://www.upsocl.com/