A lo largo de muchísimos años, las diversas agencias espaciales pertenecientes a las principales naciones del mundo han optado por callar sobre el conocimiento que han tenido de la existencia de un conjunto de increíbles estructuras piramidales presentes en la Luna.
Por fortuna para la gran población mundial, engañada hasta el momento, un grupo de antiguos ingenieros de la NASA ha hecho justicia al publicar diversas imágenes que revelan el descubrimiento de esta suerte de pirámides alienígenas.
Como contábamos en las líneas que nos preceden, la ocultación llevada a cabo por parte del gobierno norteamericano ha sido absoluta.
Pero ¿cómo consigue el Gobierno lograr estos niveles tan elevados de opacidad? El modo en que consiguen perpetuar sus secretos toma asiento en un juramento que la NASA como organización obliga a contraer con ellos a todos sus trabajadores, ya sean astronautas, astrónomos, u otros.
Se le obliga a reproducir un juramento de confidencialidad, cuya ruptura implica para sus responsables nada menos que un grave delito de traición a la patria que puede acarrear la pena de muerte.
Por suerte, a lo largo de los años postreros notables ex funcionarios de dicha agencia se han animado a romper con este compromiso de silencio al cual las camarillas de poder los han venido sometiendo, al publicar un conjunto de imágenes en las cuales se pueden apreciar edificaciones semejantes a las pirámides de Giza difíciles de imaginar en un lugar cómo la Luna.
El primero en levantar el velo sobre este secreto tan bien guardado públicamente fué el Dr. Ken Johnston, persona que ejerció como director de la sección de evidencia fotográfica en la NASA.
El aludido valiente, declaró que a lo largo del tiempo que estuvo trabajando para la mundialmente conocida organización, tuvo oportunidad de visualizar fotografías originales de numerosas ruinas, objetos tecnológicos sorprendentes, y pirámides en la Luna.
En esta línea, denunció el modo en que las informaciones acerca de relevantes descubrimientos y avances son manipuladas atendiendo a intereses ocultos y perversos, requiriendo de pasar diferentes filtros y de la aceptación de los dirigentes de grupos mafiosos para su puesta a disposición pública.
Pero las mencionadas pirámides no son todo lo que estos expertos han admitido encontrar en el satélite natural de la tierra. También hablan, como ya apuntábamos al inicio del artículo, de otro tipo de estructuras que habrían sido encontradas en la superficie del satélite. Se trata de una serie de fortalezas que han sido halladas allí.
En concreto han salido a la luz imágenes de una de estas edificaciones que se encuentra en el interior de un cráter lunar.
Todo ello hace indicar que Johnston no mentía cuando hablaba del encubrimiento permanente y masivo de información sobre muchos de los descubrimientos en el espacio.
Aunque pudiera parecernos un acontecimiento excepcional, la ocultación de dichas estructuras al gran público es solo una más de entre numerosísimas historias que no nos han contado.
Y lo cierto es que tal historial de medias verdades y falsedad, no parece hacer honor a las llamativas cantidades que las instituciones espaciales a las que nos referimos reciben de las arcas públicas.
Financiamos un servicio cuyos resultados nos son ocultados, con el supuesto fin justificatorio de querer poner por delante la seguridad de las naciones.
Pero ¿es nuestra seguridad lo que verdaderamente preocupa a sus dirigentes? ¿En qué medida se nos protege al esconder algo tan inocente como unas ruinas lunares?
No parece que dicha noticia fuera a desencadenar un caos generalizado, ni tampoco una gran guerra. Al hilo de estas reflexiones parece evidente preguntarse si hay algo detrás. Puesto que, a poco que investigamos, son más y más los relatos que encontramos en relación con aquello que no nos han contado.
En esta línea Juan José Benítez, al tiempo que se emitía la experiencia que vivieron Neil Armstrong y Buzz Aldrin por las ruinas del Mar de la Tranquilidad de la Luna el 21 de Julio de 1969, afirmaba en 2004 por televisión española que existe material audiovisual clasificado de aquel día que jamás hemos visto.
En concreto, hacía mención a una filmación espectacular de 14 minutos en la cual podía apreciarse una increíble construcción.
Por suerte en este caso, dicho vídeo ha superado la censura y puede ser visto sin inconvenientes en la actualidad en páginas web como Youtube. Pero no siempre tenemos la misma suerte, y parece necesario plantear un debate social sobre si queremos seguir permaneciendo al margen de todos estos descubrimientos y del progreso en la carrera espacial.
Quizá es momento ya de poner esfuerzos reales en tratar de frustrar estos mezquinos actos de ocultación que, amparados en la defensa del colectivo poblacional, esconden realmente la defensa de intereses concretos que trascienden en muchas ocasiones la legalidad.
Fuente: https://www.paraloscuriosos.com/