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Con bambú y arcilla, mujeres construyen un centro para discapacitados

En Rudrapur, una aldea en el norte de Bangladesh, un grupo de mujeres construyó un centro para discapacitados utilizando técnicas y materiales locales que lograron dar forma y respuesta a una demanda importante de la sociedad.

Bajo el nombre de Centro Anandaloy, este edificio cuenta con un primer piso funciona como un centro de servicios para personas que padecen algún tipo de discapacidad.

Según afirma Anna Heringer, representante del proyecto, los pobladores de Bangladesh a menudo ven las deficiencias como “karma”. Esto significa que las personas con discapacidad son marginadas de la sociedad y permanecen aisladas, como si tuvieran algo que ocultar. “No se ven fácilmente en las calles del país, están más escondidos”.

La ausencia de concientización en la población, sobre la necesidad de llevar un tratamiento, trae como consecuencia que este tipo de edificios (que brindan un servicio para personas con discapacidad) sean por lo tanto, “raros en el país e inexistentes en las zonas rurales”.

En un principio, la idea era únicamente satisfacer esta demanda, pero rápidamente se amplio para incluir dentro del edificio un pequeño taller textil dirigido por mujeres. En el espacio, pueden desarrollar su trabajo que será comercializado en ferias locales, contribuyendo al desarrollo económico y cultural de toda la aldea.

Participar activamente en la construcción de algo es verdaderamente transformador. Por esta razón, el estudio de arquitectura involucró a toda la comunidad. Los propios vecinos, en su mayoría mujeres, pusieron manos a la obra y colaboraron juntas para lograrlo. Además, brindaron su ayuda algunos futuros pacientes del Centro Anandaloy que se mostraron ilusionados con el proyecto.

Aunque la galardonada arquitecta Anna Heringer y su equipo son alemanes, la obra fue dirigida por constructores bangladesíes. Para ello, se formaron alianzas entre las empresas y los trabajadores locales.

A su vez, la elección de las estructuras de bambú y barro tuvo en cuenta los materiales disponibles localmente, desarrollando así una arquitectura sostenible, pero también fomentando el sentido de identidad para los habitantes.

“La técnica tradicional de construcción local con arcilla permite levantar muros sin necesidad de ningún sistema de encofrado. Este método permite construir paredes curvas con extrema facilidad. Por esta razón, a diferencia de la mayoría de las demás construcciones de la región, el Centro Anandaloy es una estructura dinámica, moldeada por la maleabilidad de la arcilla. Sus paredes parecen bailar mientras la rampa serpentea alegremente hacia el acceso al edificio. Simbólicamente, la estructura parece decirnos: que nuestra diversidad es bienvenida ”, explica el equipo que llevó a acabo la construcción.

Además de las paredes de arcilla, se utilizó bambú en el techo y en la construcción de pilares. El techo se realizó con láminas de metal y paja.

El proyecto ganó el Premio OBEL 2020 , un premio internacional que reconoce las contribuciones arquitectónicas sobresalientes al desarrollo humano en todo el mundo.

¡Genial!

Fuente: https://culturafilosofica.com/