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El matrimonio de 88 años que pudo superar el coronavirus. Lo hicieron unidos, en la misma habitación

Guadalupe y José recibieron el alta hace pocos días, demostrando que el amor lo vence todo.

Hace 70 años ocurrió el que tal vez fue el día más importante en la vida de Jose Prieto Cerrudo y Guadalupe Matas Hernández. El en ese entonces joven español, había llegado a la fiestas de Valdelageve (Salamanca) juint con su hermano, para ganar algo de dinero en ellas. Él tocaba el clarinete, su hermano los platillos. Fue así como José observó la mula y vio la ocasión perfecta para llamar la atención de Guadalupe, que había ido con una amiga. Con el joven encima, el animal se echó hacia delante para sacárselo de encima, dándose José un costalazo. Así se conocieron Guadalupe y José, casándose por fin en 1955.

Imagen Referencial | AP

Tras su matrimonio, empezaron a tener hijas hasta que naciera el varón que quería José. “Mira la que has liado por querer un niño”, le dijo un día Guadalupe, según consigna El País. Y es que de verdad en su afán por tener un hijo, para el año 1971, Guadalupe y José ya eran padres de siete niñas. Las siete hermanas (Maite, Rosi, Irene, María José, Pilar, Maika y Bea) que debido al coronavirus han estado en vilo y sumamente preocupadas por varios días, ya que sus ambos padres, los dos de 88 años, se habían contagiado el COVID-19.

Imagen Referencial | AP

José y Guadalupe son población de riesgo, por lo que su infección por esta pandemia, podría tener hasta un resultado mortal. 22,2% es la tasa de letalidad para su rango etario en España, país que a la fecha suma más de 140 mil casos de contagios y 13.7908 víctimas fatales a raíz del COVID-19. Más encima, previamente en el año 2012 había, José padecido un ictus, que lo dejó con graves secuelas físicas. Fue de hecho él mismo quien dio el aviso un 4 de marzo de su contagio, cuando empezó a toser más de lo habitual. “Al día siguiente lo llevé al médico y le recetó antibióticos”, contó Rosi, una de sus siete hijas.

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Así llegó el 8 de marzo, día en que Guadalupe y José celebraran sus 65 años de casados en una gran fiesta familiar. Él seguía padeciendo síntomas como fiebre y dolor de cabeza aún a pesar de los antibióticos. Fue llevado al hospital de Alcalá, donde dio positivo de coronavirus. Poco después Guadalupe, al estar sola, decidió irse con sus hijas a Madrid, para tras al poco rato tener los mismos síntomas que su marido. Dio también positivo por COVID-19. 

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Los dos se encontraban en el mismo hospital pero en diferentes plantas. “Se echaban de menos, no saben estar separados. Mi padre, sobre todo. Mi padre es muy mimoso, la necesita a ella con él”, dijo Rosi. El mismo José pidió que por favor pusieran a Guadalupe en su habitación, a lo que el doctor, Jesús Lacasa, accedió.

ÁLVARO GARCÍA/El País

“Cuando están en habitaciones diferentes, uno está pensando todo el rato cómo estará su pareja. Son matrimonios que llevan toda la vida juntos, saben que el otro está mal y ni se preocupa de sí mismo, solo le importa cómo estará el otro, y no saberlo le desespera. Nuestra política es reunirlos siempre y cuando su estado de salud, dentro de la enfermedad, no comporte riesgos. En este caso, Guadalupe estaba mejor y más activa que José, que estaba más enfermo”

– dijo Jesús Lacasa, el médico.

Finalmente llegó el lunes 30 de marzo, y los nervios de las siete hijas del matrimonio Prieto-Matas por fin podrían tener un descanso, ya que ese día, sus padres salieron del hospital y pudieron volver a su casa de Villanueva de la Torre. Ambos habían vencido al coronavirus, juntos.

Fuente: http://www.upsocl.com/