Sergio da Silva, de 49 años, perdió su juguete favorito y estaba muy triste. Llamaron a los bomberos por ayuda, y ellos desplegaron toda una operación para salvar a Nico. «Llegó, tomó la muñeca, la abrazó, la besó. Fue una luz que se apoderó de nosotros. Nunca había pasado por algo así antes», contaron los voluntarios.
Los bomberos de Joinville, al norte de Santa Catarina en Brasil recibieron un particular llamado de emergencia que los movilizó de inmediato: debían rescatar el muñeco de un hombre de 49 años con discapacidad mental. Hicieron todos los esfuerzos, como si se tratara de una persona real, porque es el juguete favorito de Sérgio.
La corporación de voluntarios compartió la historia en su cuenta de Facebook.
La muñeca se cayó de un edificio en la región central, desde una altura de aproximadamente 10 metros, y terminó en el techo delantero, mientras pasaba el fin de semana donde su hermana, Kátia.
El juguete, llamado Nico, pertenece a Sérgio da Silva, cuya deficiencia fue causada por la falta de oxígeno en el cerebro al nacer, según informó el portal brasileño G1.
El muñeco acompaña a Sérgio hace siete años, por lo que la idea de perderlo lo dejó muy mal. “Fue muy difícil. Lloró, ya no quería quedarse allí. Intentamos esperar a que llegara el vecino, pero los residentes viajaban en el carnaval. Tuve la idea de llamar al departamento de bomberos, ahí es donde obtuve esta ayuda”, contó su otra hermana Solange.
Pero no fue hasta el día siguiente que llamaron a los bomberos. Cuatro del equipo asistieron. “Recibimos la llamada de que era para rescatar una muñeca de un niño que se había caído al techo”, contó a G1 el bombero voluntario Heveraldo Barbosa dos Santos, quien participó en el trabajo.
“Los bomberos fueron muy serviciales. Explicamos la situación, que era una persona especial, y pedimos esperar un momento cuando llegaran. En ningún momento se negaron, fueron maravillosos”, explicó Solange.
Contrario a lo que se esperaría, el rescate no fue simple. Intentaron atrapar a la muñeca subiendo una carpa y uno de los apartamentos, entre otras medidas. Eso es hasta que uno de los bomberos logró atar el juguete. Demoraron cerca de 2 horas en completar la misión.
Todo el esfuerzo valió la pena cuando vieron la reacción de Sergio al recuperar a su muñeco. “Llegó, tomó la muñeca, la abrazó, la besó. Fue una luz que se apoderó de nosotros. Nunca había pasado por algo así antes. No hay precio que pagar para ver su felicidad”, dijo Santos.
Días después del rescate, Sergio se reunió con el equipo que rescató a Nico. Celebraron su reencuentro y el hombre incluso se subió al camión. Rebosaron felicidad.
Fuente: http://www.upsocl.com/