Betsy Redfern extrañó mucho a Cupid, su chihuahua de 12 años, durante todo su 1er año de universidad. Por eso, le inventó un espacio en su residencia para nunca más separarse de él
Si hay algún consenso general en cuanto a las mascotas, es que no hay nada más importante que garantizar su felicidad. Bajo este concepto, Betsy Redfern, oriunda de Richland (Mississippi, EE.UU), decidió hacer todo lo posible para tener a su pequeño perrito tranquilo y relajado… en un armario.
Cuando la chica entró a la universidad hace un tiempo, pasó todo su primer año echando de menos a su perrito Cupid, un chihuahua de entonces 11 años, que durmió con ella desde que estaba en tercer grado de la primaria. Necesitaba llevárselo de alguna manera, el arraigo era demasiado.
En su segundo año, Betsy hizo todo lo posible por llevarse a Cupid consigo y lo logró, pero antes tuvo que organizar el espacio en su apartamento para que el viejo Cupid estuviese a sus anchas en su nuevo hogar. Y el único lugar libre que encontró fue un armario que le sobraba en su cuarto, el cual decoró con mucha dedicación.
«Decidí repintar una vieja cama de muñecas que me regaló Santa Claus hace unos años, y se la dejé a Cupid. Sus sábanas fueron hechas especialmente para que combinaran con las mías, y fueron cosidas por mi madre»
Betsy Redfern a POPSUGAR
Además de su cama, el cuarto de Cupid tiene un perchero para sus prendas, una caja con juguetes, una cómoda alfombra y una placa con su nombre. Pero el chihuahua no está solo, ya que comparte habitación con Caru, la tortuga de Betsy, así que puede disfrutar de la compañía reptiliana cada vez que Betsy se va a clases.
Y cuando se fue acercando la Navidad, Betsy dio con el detalle más tierno de todo el conjunto: un pequeño árbol navideño, con una estrella iluminada en su cúspide, ya que Cupid también tiene derecho a sentir la magia de las fiestas de fin de año.
¿A quién no le gustaría vivir así?
Fuente: http://www.upsocl.com/